Hace ya días se cumplió el primer aniversario de la muerte de Pep Bassas. Yo siempre he sentido un magnetismo especial hacia él, cuando iba a un rally, al pasar por su asistencia, siempre me decia a mi mismo... “Mira Pep Bassas”, un rally tras otro siempre lo mismo, “Mira Pep Bassas”, era algo cotidiano en mi, ya podía ser un rally del regional o de nacional, la visita que nunca me saltaba era la de Baporo, y la persona que subconsciente iba buscando era la suya.
Quizás ese magnetismo me hizo querer tener un recuerdo de su precioso M3 en movimiento. Si el BMW se movía, Pep se movia en él, por eso invertí al más puro estilo Paparazzi algunas horas durante varios días esperando ver ese vehículo en movimiento, al final la espera tuvo su recompensa y lo pude admirar remolcado por su inseparable furgoneta de asistencia. Estuve apunto de no verlo porque salió por una puerta “B”, pero por fortuna para mi, una luz roja en lo alto de un semáforo le hizo detenerse el tiempo justo para tomar las fotos.
